martes, 16 de febrero de 2010

"Eskola 2.0" no acaba de llegar al aula

13-2-2010

"Eskola 2.0" no acaba de llegar al aula

A estas alturas de curso sólo se han instalado los miniportátiles en 20 de 559 centros
Siguen abiertos los debates sobre la formación del profesorado y las posibles afecciones del wifi en la salud de los menores

El plan estrella del Departamento de Educación -Eskola 2.0- no brilla como era de esperar a estas alturas de curso. Su puesta en marcha se anunció para septiembre, con la llegada de los niños a las aulas. Después "a partir de diciembre" y luego, en febrero... Ahora, Educación anuncia que el despliegue de los 18.159 ordenadores portátiles sólo ha llegado a 20 de los 539 centros públicos y 401 concertados. Al parecer, el programa no echará a andar hasta después de Semana Santa, por lo que -de cumplirse este cuarto plazo- el alumnado de 5º de Primaria sólo dispondrá de dos meses para trabajar con los netbook este curso.
Al margen del baile de fechas -que Educación justifica por la "complejidad" del proceso de adquisición e instalación de los equipos- aún no se han despejado otras incógnitas mucho más importantes. En primer lugar, qué material digital se empleará o si estará suficientemente contrastada la calidad de las nuevas unidades didácticas en euskera. En segundo lugar, -y capital- la formación del profesorado. La mayoría del cuerpo docente está familiarizado con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) aunque sus conocimientos no superan los más básicos. Según el estudio Tecnologías de la información y comunicación en los centros educativos 2007-2008, sólo un 7,43% del profesorado tiene nivel experto. La gran mayoría -el 56,61%- tiene nivel usuario, el 31,78% nivel medio y un 4,7% aún no se había acercado a las TIC. Sin embargo, este colectivo de profesionales se enfrentará en la recta final del curso a un cambio pedagógico sin precedentes, más allá de Ikasys, la experiencia piloto gestionada por las ikastolas. El reto, dar clase a más de 20 niños frente a sus ordenadores portátiles con apoyo de una pizarra digital.
Otra de las incógnitas por despejar es si el Departamento de Educación acompañará este programa con alguna medida de alfabetización digital para los padres y madres de la que se conoce ya como generación Google. Lo que sí se sabe es que las familias, en función de su poder adquisitivo, deberán abonar unos 100 euros en concepto de fianza por si los netbook sufren algún desperfecto fuera del aula y que los chavales podrán llevar a casa los miniordenadores en una mochila ad hoc para hacer los deberes.
La modernización del sistema educativo -clave para combatir el fracaso escolar y alcanzar la excelencia- es un objetivo que hoy nadie discute dentro de la comunidad educativa. Lo que sí está generando gran controversia es la precipitación con la que el departamento que dirige Isabel Celaá ha querido implantar el sistema, sin consultar con nadie, y cortando cualquier posibilidad de mejora por parte de los centros educativos, cuyo nivel de digitalización y circunstancias socio-culturales no son uniformes.
En opinión de Xabier Expósito, del sindicato ELA, "por intentar ser los primeros en seguir el camino marcado desde Madrid por el Gobierno Zapatero, ha habido una gestión mal diseñada y de implantación forzada, sin consulta previa a la comunidad educativa. Una implantación obligatoria que ha generado no pocos problemas y que ha trastocado gran parte de los programas que -como el Premia- se venían ya desarrollando en los centros".
Según Expósito, "la formación impartida -en la que las opiniones de los centros sobre las personas que deberían realizarla no han sido tenidas en cuenta- ha estado centrada en destrezas de usuario en un nivel muy básico, pero no en criterios metodológicos que hagan posible la conversión de los ordenadores en herramienta educativa y no en un fin en sí mismo". Por tanto, en su opinión, "en esta operación es muy difícil distinguir el marketing de lo realmente positivo". Desde el sindicato de la enseñanza STEE-EILAS critican fundamentalmente la improvisación y la falta de respeto a la autonomía de los centros a la hora de incorporarse a Eskola 2.0. Así lo expone su portavoz, Jon Moñux: "La gestión ha sido precipitada en un tema de tanto interés, prueba de ello es que ya estamos a mitad de curso". Desde su punto de vista, la introducción de cualquier nuevo programa "se debe acordar previamente con los centros, de manera que cada escuela, en uso de su autonomía, vaya ajustando su propio ritmo y para que el profesorado pueda elaborar la programación del curso con antelación suficiente".
Critica también la sobrecarga y la insuficiente capacitación del profesorado, lo cual deja el desarrollo de Eskola 2.0 al voluntarismo del cuerpo docente. En este sentido, Moñux apunta que "la formación, que también en este caso es imprescindible, ha resultado insuficiente e improvisada. No se ha realizado en las condiciones adecuadas y en definitiva, se confía en el voluntarismo. Una vez más, el peso del esfuerzo recae en la mochila ya sobrecargada del profesorado". Desde STEE-EILAS comparten la opinión del presidente del Consejo Escolar de Euskadi, quien en una entrevista en DEIA afirmaba: "...lo fácil es repartir ordenadores, lo difícil llega el día después y conseguir su buen uso". Moñux, por su parte, subraya que "el verdadero reto comienza ahora, porque lo más sencillo es la instalación de los equipos. En el aula a partir de ahora hay que responder a para qué, en qué y cómo trabajar con el alumnado; en definitiva, cuáles son los objetivos pedagógicos. Para eso es necesario mucho trabajo en equipo y mucha reflexión, además de material didáctico adecuado, también en euskera".
seguridad del sistema wifi Desde LAB inciden en la necesidad de acompasar esa capacitación digital con la de un alumnado que, por lo general, supera en conocimientos a sus maestros y maestras. Jon Urrusolo, resume así la situación. "Por un lado, tenemos a los niños y niñas que son contemporáneos a las nuevas tecnologías, y por otro lado, a un profesorado no preparado para este reto. Se ofrece una formación al profesorado que este curso ha de iniciar el uso de los ordenadores en el aula, pero es del todo insuficiente, porque los ordenadores están vacíos".
Y la adaptación, critica, supondrá una sobrecarga del profesorado. "Una profesora que está realizando el curso de formación, si quiere llevar lo aprendido a la práctica necesita dos horas para preparar el material necesario para llevarlo al aula, ejercicio que será realizado por sus alumnas y alumnos en 5 minutos".
Aunque defiende la formación no cree que la medida sea suficiente para garantizar los objetivos que persigue Educación, y considera que se debería contar con personal especialista. "Hay que formar al profesorado, pero hace falta personal que se dedique a tiempo completo a elaborar material pedagógico en formato digital, y para eso hace falta presupuesto", reflexiona Urrusolo. La jeltzale Arantza Aurrekoetxea, firme defensora del paulatino proceso de digitalización del sistema, considera que Eskola 2.0 "es necesario, pero incompleto y precipitado, por la falta de planificación". Según Aurrekoetxea, los centros no parten de cero y, por ello, se tiene que planificar teniendo en cuenta su nivel de digitalización, los equipos existentes y la formación del profesorado. Cree que los cursillos son "insuficientes" y que Lakua "se tiene que aplicar en elaborar contenidos digitales, sobre todo, en euskera, donde la producción tiene un mercado reducido".
Y mientras los ordenadores llegan con cuentagotas aún no se ha cerrado el debate abierto por los posibles efectos nocivos de la sobreexposición al sistema wifi en la salud de los menores. Si la semana pasada, el pleno del Parlamento Vasco obligó a Educación ha realizar mediciones sistemáticas de las ondas electromagnéticas del wifi, esta semana Aralar se ha visto obligado a preguntar a la consejera "si las escuelas que decidan optar por poner el cable en lugar del wifi, tendrán algún problema para acceder a la tecnología ofrecida por Eskola 2.0", según afirma Dani Maeztu. Y es que, al parecer, varios centros se habrían visto "presionados" por Educación a instalar wifi contra su voluntad. (DEIA)

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