viernes, 1 de octubre de 2010

Al menos 2 niños en cada aula sufren trastornos de aprendizaje

20-9-2010

En Cataluña, como mínimo 57.000 alumnos sufren algún trastorno del aprendizaje (TA). En cada aula entre dos y ocho escolares presentarán, a lo largo de este curso, más dificultades que sus compañeros para aprender y asimilar los nuevos conocimientos.

A algunos de los estudiantes les costará prestar atención o quedarse quietos en sus sillas, otros no podrán leer ni escribir con tanta fluidez o facilidad como los hacen sus amigos, otros no acabarán de pronunciar del todo bien o calcular correctamente, pero no por ello serán menos inteligentes.

Detectar y tratar correctamente estos trastornos es clave para evitar que el niño sufra, se fruste y acabe por abandonar los estudios. Actualmente, en España el fracaso escolar se sitúa en el 30 por ciento de la población de educación secundaria. Son datos recogidos y analizados por el Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia del Hospital Sant Joan de Déu.

«Durante mucho tiempo no se encontraba respuesta para el fracaso escolar de alumnos que se esforzaban mucho y que no conseguían buenos resultados», apunta la responsable del informe y coordinadora de la Unidad de TA en el hospital Sant Joan de Déu, Anna Sans. Sin embargo, numerosos estudios científicos han demostrado que este tipo de trastornos tienen una base genética y neurológica.

Aunque, los expertos advierten que si un niño o una niña se muestra «hiperactivo» en casa pero en el colegio sigue el ritmo de las clases con normalidad, probablemente no se trata de un TA si no de una disfunción educativa en el seno familiar. En cualquier caso, este tipo de trastornos no son una moda, las cifras hablan por si solas.

Según los autores del citado informe, entre un cinco y un 17 por ciento de los escolares sufre dislexia y entre un ocho y un doce por ciento tiene un trastorno de déficit de la atención y también hiperactividad. (La Razón)

Beneficios del cálculo mental

19-9-2010

Realizar operaciones matemáticas sin usar lápiz y papel es un excelente ejercicio para desarrollar la capacidad de concentración y atención

Multitud de actos cotidianos exigen poner en marcha la mente para realizar rápidos cálculos matemáticos. Sin embargo, deducir la vuelta de una compra, un descuento en un comercio y otras operaciones, a menudo sencillas pero que a muchos les resultarían más cómodas si las realizaran con lápiz en un papel, son más fáciles de resolver si se aprenden y aplican distintas estrategias y técnicas de cálculo mental. Fomentar este ejercicio entre los estudiantes les ayuda a explorar diferentes vías para calcular y operar con los números y favorece la adquisición de habilidades de concentración y atención.

¿Cuánto es 39+41? Calcular con rapidez el resultado de esta operación es más fácil si se aplica una técnica de cálculo mental según la cual, cuando se suma una pareja de números y entre ellos sólo media otro, el resultado es siempre el doble de este último. Hallar la solución, por tanto, se simplifica a una sencilla multiplicación: 40x2=80.

Desarrollar la agilidad para calcular no consiste tan sólo en aprender unos sencillos "trucos"

Ésta y otras muchas estrategias son de gran ayuda para operar con los números sin necesidad de hacer uso de instrumentos adicionales como lápiz y papel o calculadora. Pero desarrollar la agilidad para calcular no consiste tan sólo en aprender estos sencillos "trucos". La habilidad para el cálculo mental se basa en la correcta aplicación de las propiedades conmutativas, asociativas y distributivas de las matemáticas. Una vez asimilados estos conceptos, basta con hacer uso de ellos para explorar los números, inspeccionar todas las posibilidades y utilizar métodos alternativos de cálculo al tradicional de columna, que se emplea cuando se realizan operaciones por escrito.

Aplicación en la escuela

Tal como establecen los currículums oficiales, desarrollar y aplicar estrategias personales de cálculo mental es una de las competencias básicas que deben adquirir los alumnos de primaria y secundaria. Lo esencial es que los estudiantes comprendan que hay diferentes modos de trabajar con los números y que tan sólo tienen que escoger el más apropiado para cada cálculo.

En general, el cálculo mental se practica en la escuela después de que los estudiantes dominen el escrito

Sin embargo, en general, el cálculo mental se practica en la escuela después de que los estudiantes dominen el escrito. Este modelo de enseñanza puede influir de forma negativa, tal como afirma Bernardo Gómez Alfonso, Doctor en Matemáticas y autor de 'El cálculo mental en el contexto educativo'. Gómez considera que esta práctica favorece que muchos alumnos "tiendan a resolver los problemas de cálculo mental con las técnicas del cálculo escrito". Por eso, propone disminuir el énfasis tradicional sobre el cálculo escrito rígido, "en favor de una combinación de cálculo variado (mental, estimado, con calculadora o algoritmos), según convenga al momento, situación, tamaño y características de los números involucrados".

Entre los beneficios que la práctica del cálculo mental reporta a los alumnos, Bernardo Gómez destaca que contribuye a adquirir la comprensión y sentido del número, proporciona versatilidad e independencia de procedimientos y ayuda en la reflexión para decidir y elegir. Subraya que este método "despierta el interés y la capacidad de concentración".

Practicar en la Red

En Internet se puede acceder a un buen número de aplicaciones y recursos didácticos destinados a ejercitar la habilidad de cálculo mental de los más pequeños. La gran mayoría están diseñados en forma de juegos interactivos para resultar más entretenidos y atractivos para los estudiantes. Algunos de los más destacados son:


Carrera de Mates

Cálculo mental para Primaria

Cálculo mental del 1 al 100

La granja de las matemáticas

Velilla y la Matenave

Cálculo al minuto

Crucigramas de cálculo mental

Matemáticas con Mario

Cálculo interactivo

Cálculo mental (Consumer)

One-in-10 trainee teachers 'has poor degrees'

17-9-2010

Almost 2,000 students are recruited on to teacher training courses with poor university degrees, figures show.

More than one-in-10 of those on postgraduate secondary school courses last year had a third-class degree or worse, it was disclosed.

This comes despite a Conservative pledge to block funding for any trainees failing to gain at least a 2:2 in a move designed to turn teaching into a “brazenly elitist” profession.

A report by the Centre for Education and Employment Research at Buckingham University insisted trainees needed expertise in their chosen subject but the Tory plan risked leading to a dire shortage of secondary school teachers.

More than a quarter of students training to teach physics in secondary schools failed to get at least a 2:2 from a British university, it was disclosed. The proportion reached 21 per cent among those training to teach maths, 16.6 per cent in chemistry and 15.3 per cent in information technology.

The study – by Prof Alan Smithers and Dr Pamela Robinson – said: “Poor teachers are bad news for pupils, but is it better for physics to be taught by a well-qualified biologist than someone who has studied the subject at university even without much success?

“Improving quality depends on attracting sufficient applicants to be able to choose those who can make subjects come alive for children.”

In all, some 10.6 per cent of British secondary school trainees – 1,744 – failed to get a 2:2 degree. A further 1,519 foreign students were enrolled onto courses after gaining degrees from overseas.

Together, it meant 18.1 per cent – or 3,263 – failed to gain an acceptable degree from a British university.

A Department for Education spokesman said: “The countries which give their children the best education in the world are those which value their teachers most highly and where the profession attracts the brightest graduates.

"Our priority is to deliver robust standards and high quality teaching to all, whatever their background. To do this we must attract highly talented people into education, because the quality of teachers has such a huge influence on children's achievement.

“The department is currently working to identify the most effective ways of doing this and further details will be made available in due course.”

The report analysed almost 37,000 students taking teacher training courses in 2008/9.

It found that trainees were better qualified than previous years. Some 60 per cent of primary school trainees and 55 per cent on secondary school courses had a 2:1 degree or better.

But the study said this was consistent with trends of “grade inflation” in universities in recent years – not necessarily a sign of higher standards.

The report – The Good Teacher Training Guide 2010 – also raised concerns over the “extremely low” entry grades for many of the 7,497 students admitted on to three or four-year undergraduate training courses. Only 61 per cent had at least two A-levels, falling to just 54.5 per cent among those training as secondary school teachers.

The study said: “Undergraduate courses for secondary teaching could be scrapped with little impact.”

In a further disclosure, the study suggested that millions of pounds was still being wasted training teachers who failed to make it into the classroom.

Just 70.7 per cent were in teaching six months after courses finished. Some 16.7 per cent had not taken up a teaching post and 12.6 per cent failed the course.

The disclosure is made despite the fact that each student receives between £4,000 and £9,000 in taxpayers’ money to train.

The report said: “Each year it takes about five trainees to provide three new teachers for state schools. While some drop-out is to be expected, spending five pounds to get a return on only three does not look like good business.

“There are more trained teachers under the age of 60 not working in state schools than there are in them.” (Telegraph)

lunes, 20 de septiembre de 2010

Escuela flexible para niños diversos

15-9-2010

El TDAH y la dislexia acaparan gran parte del fracaso escolar y los especialistas piden protocolos para que la enseñanza se adapte

Aunque desconocen exactamente cuánto fracaso escolar es atribuible a trastornos de aprendizaje que no han sido atendidos adecuadamente en la escuela, un equipo de expertos de Sant Joan de Déu llama la atención sobre esa asociación. Y también sobre lo injusto que es que niños y niñas que se esfuerzan mucho para solventar las dificultades añadidas que tienen por su trastorno no logren una enseñanza que les permita aprender y se vean abocados al fracaso.

Recomendaciones para adaptar la enseñanza

El déficit de atención, en primera fila y supervisado

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA-H) es de origen neurobiológico y crónico. Se trata con medicación, refuerzo y reeducación escolar y tratamiento psicológico.

En la escuela es importante definir normas de conducta para combatir la impulsividad, premiar las conductas adecuadas y supervisar las tareas de forma continuada, porque lo normal es que se equivoquen de libro o se olviden de los deberes. La tutoría muy cercana, así como la ayuda en la planificación de las tareas, les permite seguir la clase. Antes de cambiar los contenidos del aprendizaje conviene cambiar los procedimientos, por ejemplo troceando en varias hojas un examen. Y facilitarles que no se distraigan situándolos en la primera fila.

Más tiempo y más exámenes orales para la dislexia

La dislexia se manifiesta con una dificultad para leer y, por lo tanto, para la comprensión lectora y la expresión escrita. Es un trastorno neurobiológico que afecta a entre el 5% y el 17% de la población.

Pueden aprender igual que los no disléxicos, pero la enseñanza se basa en la lectura y se evalúa a través de exámenes escritos y por eso están en inferioridad. Por eso es importante instruirlos en técnicas de estudios para hacer esquemas y extraer lo esencial, para minimizar el tiempo de lectura necesario. También recomiendan no penalizarlos por la ortografía, algo realmente difícil para un disléxico. Ni hacerles leer en público. Necesitarán más tiempo que los demás en los exámenes y les favorecerán las pruebas orales.

Más tiempo para realizar los exámenes o hacerlos orales, en el caso de disléxicos, sentarlos en primera fila y trocear en tramos más pequeños los exámenes, en el caso de los que tienen déficit de atención (TDA con o sin hiperactividad) son algunas de las recomendaciones básicas que todas las escuelas deberían tener en cuenta para permitir a sus alumnos aprender como los demás. Así lo dicen en el último informe FARO de Sant Joan de Déu y La Caixa, en el que neurólogos y pedagogos han analizado el peso de esos trastornos y los problemas que causa que no se atiendan adecuadamente.

Si se tiene en cuenta que la prevalencia de la dislexia es de entre el 5 y el 15 por ciento de la población y la del TDA(H) entre el 3 y el 8 por ciento, en cada aula hay dos niños con un trastorno de aprendizaje. "Están perfectamente definidos y no son modas, sino trastornos de origen neurobiológico, a menudo con una base genética, y que interfieren en el aprendizaje", resume la neuróloga Anna Sans, coordinadora del equipo dedicado a estas dolencias en Sant Joan de Déu y directora de este informe.

"En los 2.000 casos que han venido a consulta porque había sospecha de trastorno, sólo en el 8% no hemos llegado a nada. No encontramos problema. En el 92% restante, sí. Y de ellos el 70% son dislexias, TDA con y sin hiperactividad y combinaciones de ambos", resume la especialista. Y la escuela es su primer muro. Sin diagnóstico médico, la situación es peliaguda; sin tratamiento, difícil; pero si en la escuela no se le identifica y se adaptan los métodos, para que puedan aprender con sus diferencias, el riesgo de fracaso es enorme. "Por cada cien niños sin problemas que acaban los estudios obligatorios, con un TDAH sin tratar lo hacen 68; y si el 78% accede a estudios superiores, con TDAH, sólo el 21%".
Lo que piden los autores del informe es que se establezcan protocolos para admitir estos trastornos en la escuela y para que todos sepan cómo actuar a su favor. Esos protocolos no existen de momento y la formación del profesorado apenas incluye resolver estas situaciones –estadísticamente, dos en cada aula–. "Ni entre los maestros, salvo los especialistas en educación especial, ni aún menos entre los de secundaria, aunque ahora mejora un poco con el nuevo máster que suple al antiguo curso de capacitación pedagógica", resume Enric Roca, profesor de Ciencias de la Educación en la UAB y coautor del informe.

Visto desde las propias escuelas, para ser eficaces necesitarían no sólo protocolos de actuación y más formación de los profesores, sino también una participación más activa y coordinada de los equipos de atención pedagógica y demás servicios que teóricamente trabajan para las escuelas y los alumnos. "Y priorizar los contenidos que se quieren enseñar, y la colaboración real de las familias", concluye Jordi Cardona, director de la escuela Garbí de Esplugues de Llobregat y también participante en el informe. (La Vanguardia)