20-9-2010
En Cataluña, como mínimo 57.000 alumnos sufren algún trastorno del aprendizaje (TA). En cada aula entre dos y ocho escolares presentarán, a lo largo de este curso, más dificultades que sus compañeros para aprender y asimilar los nuevos conocimientos.
A algunos de los estudiantes les costará prestar atención o quedarse quietos en sus sillas, otros no podrán leer ni escribir con tanta fluidez o facilidad como los hacen sus amigos, otros no acabarán de pronunciar del todo bien o calcular correctamente, pero no por ello serán menos inteligentes.
Detectar y tratar correctamente estos trastornos es clave para evitar que el niño sufra, se fruste y acabe por abandonar los estudios. Actualmente, en España el fracaso escolar se sitúa en el 30 por ciento de la población de educación secundaria. Son datos recogidos y analizados por el Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia del Hospital Sant Joan de Déu.
«Durante mucho tiempo no se encontraba respuesta para el fracaso escolar de alumnos que se esforzaban mucho y que no conseguían buenos resultados», apunta la responsable del informe y coordinadora de la Unidad de TA en el hospital Sant Joan de Déu, Anna Sans. Sin embargo, numerosos estudios científicos han demostrado que este tipo de trastornos tienen una base genética y neurológica.
Aunque, los expertos advierten que si un niño o una niña se muestra «hiperactivo» en casa pero en el colegio sigue el ritmo de las clases con normalidad, probablemente no se trata de un TA si no de una disfunción educativa en el seno familiar. En cualquier caso, este tipo de trastornos no son una moda, las cifras hablan por si solas.
Según los autores del citado informe, entre un cinco y un 17 por ciento de los escolares sufre dislexia y entre un ocho y un doce por ciento tiene un trastorno de déficit de la atención y también hiperactividad. (La Razón)
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