7-7-2010
El verano propicia que los niños se familiaricen con las nuevas tecnologías, aunque siempre bajo la supervisión parental
Periodo vacacional para los menores: muchas horas de ocio que no siempre cuentan con alternativas como los amigos, el monte, la piscina o la playa. Ante el inevitable aburrimiento, no es extraño que el menor recurra al ordenador o a la videoconsola para jugar con videojuegos, chatear con sus amigos o navegar por la Red. ¿Son éstas buenas distracciones? En principio no son malas, pero el hecho de que el niño esté tranquilo no significa que esté a salvo. Internet, igual que la calle, comporta algunos peligros, aunque se pueden neutralizar si se combinan determinados programas de control parental con normas de precaución y asesoramiento. Un aspecto está claro y en él inciden los expertos: un programa nunca puede sustituir a una madre o un padre.
Las horas muertas en verano se pueden hacer muy largas para los menores, que necesitan distraerse para no estar nerviosos y querer llamar la atención. Un niño distraído puede ser un remanso de paz y un alivio para sus padres, al contrario que un menor aburrido, ya que se altera con el hastío. Pero distracciones hay muchas y algunas pueden comportar peligro. Un menor absorto frente a la pantalla de un ordenador durante demasiadas horas puede llegar a resultar preocupante... O no: todo depende de cómo emplee el tiempo.
Las horas muertas en verano se pueden hacer muy largas para los menores
La navegación por la Red, el juego o la conversación con los amigos en las redes sociales son algo enriquecedor y casi fundamental en la formación de los jóvenes, siempre que no se crucen determinadas líneas que pongan en peligro la estabilidad emocional de una persona todavía inmadura. Éstas son algunas de las situaciones que pueden propiciar el conflicto:
La navegación web puede ser una vía de conocimiento muy importante para el niño, que satisfaga su curiosidad y complete su educación, de manera similar a una biblioteca. Pero de la misma forma que en ésta hay libros para cada edad y periodo de la vida, en Internet no todas las páginas son recomendables para cualquier niño. Incluso, la Red discrimina mucho menos que una biblioteca y posibilita el acceso mucho más.
No está probado que los videojuegos, violentos o no, causen más estragos a un niño que una película de televisión, pero tampoco se sabe cómo puede afectar un determinado juego a un niño. Cada persona reacciona de un modo distinto a una misma situación y, por este motivo, la normativa PEGI recomienda un videojuego u otro según la edad.
Por otro lado, hoy en día muchos juegos no se compran en la tienda, sino que se accede a ellos a través de Internet y un menor puede comprarlos sin que los padres le hayan dado el visto bueno.
Cuando los niños tienen acceso a una tarjeta de crédito o saben dónde se guarda, pueden hacer compras no autorizadas en nombre de sus padres. A menudo, tienen poca conciencia de la dimensión de sus acciones.
Una red social como Facebook es, con toda probabilidad, la prolongación de la relación del menor con sus compañeros de colegio durante las vacaciones. Allí se mantienen en contacto y comparten información. Pero en este mismo lugar también pueden verse acosados o acosar a otros niños, tal como explica Gemma Martínez, investigadora de la Universidad del País Vasco, experta en menores e Internet. La consecuencia última es que el verano se puede convertir en una pesadilla para el niño.
En las redes los menores pueden realizar comentarios acerca de la intimidad de su familia, opinar sin conocer la trascendencia de sus manifestaciones o subir fotografías comprometedoras propias o de otras personas a quienes no han pedido permiso. La actividad en la red social sin supervisión puede acabar por generar un problema legal.
Los mensajeros, como el de Yahoo! o el MSN Messenger, propician que el niño esté menos solo cuando se aburre en casa, pero también abren la puerta al contacto con adultos extraños de intenciones poco honestas. No es una situación que ocurra siempre, pero tampoco es imposible.
Algunos programas recomendables
Con el debido asesoramiento parental, ciertos programas garantizan un buen nivel de tranquilidad y evitan las situaciones conflictivas
Frente a los peligros descritos, se pueden adoptar numerosas actitudes. La prohibición total de acercarse al ordenador es una de ellas, pero implica proponer al menor soluciones continuas a su aburrimiento y supone el riesgo de entorpecer su educación y la necesaria socialización, que hoy pasa por el uso de las nuevas tecnologías. Ante esta medida radical, es preferible probar el uso de diversos programas que, con el debido asesoramiento parental, garantizan un buen nivel de tranquilidad y evitan las situaciones conflictivas.
Windows Live Protección Infantil: el programa que propone Microsoft es una buena solución para controlar las páginas que pueden ver los hijos, ya que está dotado de numerosos filtros para evitar las páginas polémicas y otras de comercio electrónico. Contiene un listado de sitios a los que el menor tiene vetado el acceso y también reporta a los padres informes sobre los historiales de navegación del hijo. Si éste utiliza los programas de correo y mensajería de Microsoft, el programa también extiende el control sobre ellos. Tiene, además, más de un nivel de control, ya que discrimina por edades. A mayor edad, es más flexible.
Controles parentales en Mac: los ordenadores de Apple llevan por defecto un programa de control parental. Se puede acceder al mismo desde el apartado "Preferencias del Sistema" y luego en "Sistema". Los padres deben habilitar un usuario específico para el hijo y después erigirse en administrador suyo. Podrán incluir las páginas que no quieren que vea -por defecto ya hay un numeroso grupo- y añadir filtros por palabras claves a los seleccionados. También controla el mensajero iChat y el correo, siempre que sea del tipo POP, es decir, de escritorio. Permite además fijar las horas de navegación o limitarlas y decidir las aplicaciones del ordenador a las que puede tener acceso el menor.
Net-Nany: este programa cuenta con la ventaja de ser muy flexible, de modo que une al control que ejercen los anteriores la posibilidad de que el padre decida si una página determinada puede ser accesible o no, aunque esté en la lista predeterminada. Por otro lado, permite recibir informes de todas las acciones del menor en Facebook. Está disponible tanto para Windows como para Mac OS X.
Messenger Blocker: un programa que bloquea los servicios de mensajería instantánea de Yahoo! y MSN Messenger. Puede bloquear por completo su uso o limitarlo a determinados contactos supervisados por los padres, mientras que bloquea otros que no han tenido supervisión previa.
Family Shield: es una solución de software libre desarrollada por la organización Open DNS. Se basa en un código DNS -el 208.67.222.123- que se coloca en las preferencias de red del ordenador o en el router y ejecuta diversos filtros sobre los ordenadores que se conectan a la Red. Protege también contra las ciberestafas y las páginas de virus y malware. Se desactiva sólo con cambiar la DNS por otra convencional.
No sin mis padres
Sin embargo, estos programas no son nada sin el debido apoyo de los tutores o los padres. Un menor frente a un programa de control puede acabar por traducirse en una frustración que le aleje de las nuevas tecnologías y de su socialización digital. También puede suponer un reto que el niño supera a base de aprender a saltarse los controles, con lo que va hacia el posible peligro de manera inconsciente. En la Red destacan diversos sitos web con consejos para manejar estas situaciones. Incluso hay empresas profesionales que venden servicios de asesoramiento y programas a los padres.
Los padres deben instalar y coordinar los programas, ya que no pueden eludir su responsabilidad ante la educación digital de sus hijos. Guillermo Cánovas, presidente de la asociación Protégeles, es claro a este respecto: "Los padres deben utilizar Internet, conocer el funcionamiento de alguna red social, jugar con un videojuego, utilizar un móvil y familiarizarse con las herramientas a las que sus hijos dedican la mayor parte de su tiempo de ocio". Y advierte: "La mayoría de los menores pasa ya más horas al año ante las pantallas que en el colegio". (Consumer)
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