miércoles, 20 de enero de 2010

Los profesores mejor pagados del mundo

18-1-2010

Los profesores mejor pagados del mundo

¿Los niños aprenden más si los profesionales encargados de enseñarles reciben incentivos por sus logros y sustanciosos sueldos? Según un joven y audaz educador norteamericano, la respuesta es sí. Está dispuesto a probarlo con un centro experimental que inició las clases en septiembre de 2009. En España, hay diversidad de opiniones. Si a los profesores se les pagara como a los banqueros, ¿los niños recibirían una educación mejor? Los padres de 120 estudiantes de quinto grado, equivalente a 5º de Primaria, están a punto de saberlo gracias a un experimento puesto en marcha en Nueva York en septiembre del pasado año.
Cuando los chicos, de origen hispano casi todos, acuden a las aulas, se encuentran con un equipo de ocho 'superprofes', que cobran cada uno cerca de 103.000 euros anuales. Entre ellos destacan Joe Carbone, ex preparador físico de Los Ángeles Lakers y responsable de convertir a Kobe Bryant en "una mole de 90 kilos de puro músculo", que se hace cargo de Educación Física, y Rhena Jasey, formada en Matemáticas en la Universidad de Harvard, y que ahora las explica a niños de 10 años.

En nuestro país, las opiniones sobre este planteamiento son dispares. "En principio, un sistema de remuneración así difícilmente puede ayudar a mejorar la educación", comenta Pilar Cavero, presidenta de la delegación madrileña de Ancaba, la Asociación Nacional de Catedráticos de Bachillerato. "No parece muy profesional vincular la mejora de conocimientos y resultados solamente a un incremento salarial. Si fuera así, significaría que los profesores no hacen todo lo que pueden y eso no es cierto", concluye.

ACEPTACIÓN. Este sistema de incentivos al profesorado encuentra en ANPE (Asociación Nacional de Profesores Estatales), el sindicato profesional independiente mayoritario en la enseñanza pública, mayor aceptación. "Esos incentivos no pueden estar vinculados a las calificaciones de los alumnos, que dependen de muchos factores, sino al perfeccionamiento de los profesores como docentes", apunta Carmen Guaita, Secretaria de Comunicación de la organización. "Evaluar a los profesores e incentivar económica y profesionalmente a los más motivados es un proceso que ya ha comenzado y que será imparable", añade.

La escuela neoyorquina, llamada TEP (The Equity Project o Proyecto Equidad), se ha montado en Washington Heights, un barrio de Manhattan habitado mayoritariamente por inmigrantes de República Dominicana.

Los 120 estudiantes, de 9 y 10 años de edad, han obtenido su plaza mediante un proceso que ha favorecido a los de peor expediente académico. La financiación proviene del sistema escolar público de Nueva York, que permite solicitar aportaciones para montar una escuela concertada. Y así lo hizo Zeke Vanderhoek, el impulsor del experimento. La idea se le ocurrió cuando impartía clases en una escuela pública de la zona. "Siempre me ha parecido evidente que había profesores magníficos y profesores muy mediocres. Llevas a los mismos chicos a clases con profesores diferentes y los resultados son asombrosamente distintos".
Este joven maestro estaba convencido de que una remuneración más alta, combinada con unos objetivos más ambiciosos en cuanto a resultados, podría emplearse en el ámbito de la educación de la misma manera que en otras profesiones: para recompensar la calidad, prescindir de los que no dan la talla y atraer a los mejores.

«¿Se pueden contratar profesores mediocres, darles más dinero y hacer que sean estupendos? No», expone Vanderhoek. "Tampoco se malogra a los buenos porque se les pague menos. La clave del dinero está en que se trata de una señal de que los valoramos y así hacemos que la educación sea tan competitiva como otras profesiones".

En este punto, representantes de ANPE coinciden con él. "Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el profesorado español es uno de los que más tiempo dedica a su formación permanente", explica Guaita. "Nuestro país cuenta con grandes profesionales, motivados sólo por su vocación. Sin embargo, no disfrutan de ningún tipo de reconocimiento ni de la posibilidad de desarrollar una carrera profesional. Desde ANPE estamos trabajando para conseguir un Estatuto Docente que contemple incentivos económicos y profesionales. En países de éxito educativo, como Finlandia, los docentes están considerados como los profesionales de mayor prestigio y más necesarios para la sociedad. Ésta es una idea importante y debemos acercarnos a ella".

Desde Ancaba, su presidenta, Pilar Cavero, coincide con Guaita: "El actual sistema de sueldos y el sistema de retribución en España no fomentan el afán de superación del profesorado. En nuestro país, el salario inicial es alto, pero la carrera profesional no cuenta con aliciente alguno, ya que se basa exclusivamente en la antigüedad, mediante la acumulación de trienios y sexenios. Tenemos grandes profesores, pero no es sólo el modelo de retribución, sino también el modelo educativo actual, el que impide que puedan desarrollar sus capacidades en condiciones adecuadas".

NIÑO TERRIBLE. Vanderhoek es algo así como un 'niño terrible' en el terreno educativo. Después de licenciarse en la Universidad de Yale, se unió a Teach for America, un grupo de licenciados de las mejores universidades del país que se compromete a dar clase en zonas pobres y rurales. A los 23 años montó Manhattan GMAT, una academia para preparar exámenes. En 2007 el negocio iba viento en popa, lo que le permitió desentenderse de la gestión directa para concentrarse en su propuesta de escuela pública.

A sus 32 años, él ya ha comprobado que una remuneración elevada puede mejorar los resultados. A los profesores contratados a través de GMAT se les pagan 100 dólares (alrededor de 68,50 euros) la hora, cinco veces más de lo que podrían ganar en la competencia. "Obtenemos unos resultados espléndidos y hemos podido ampliar el negocio, así que ya he comprobado que la cosa funciona", asegura Vanderhoek.
Los ocho profesores del TEP ganarán al año 125.000 dólares (unos 85.500 euros), más unos incentivos anuales que pueden ascender a 25.000 dólares (alrededor de 17.000 euros), un excelente seguro médico, prestaciones de cara a la jubilación y la oportunidad de disfrutar de un año sabático cada cinco. A cambio, se someterán a rigurosas evaluaciones de su rendimiento y su horario de trabajo será de 8 de la mañana a 6 de la tarde. Estarán presentes en las clases que den los demás y mantendrán debates a diario sobre las posibilidades de mejora de la enseñanza que imparten. En lugar de disfrutar de las largas vacaciones escolares, deberán tomar parte en talleres de trabajo durante el verano.
Lola G., maestra, docente de Secundaria con 25 años de experiencia, y jefa de estudios de un instituto onubense, plantea varios interrogantes: "¿Quiénes y cómo miden el rendimiento? ¿Es el rendimiento equivalente a resultados académicos, cuando éstos dependen, además, de muchos otros factores? ¿Podría uno solo, la figura del profesor, bastar para introducir cambios significativos en el sistema? El estatus de funcionario es incompatible, por ejemplo, con el sistema de despidos, aunque quizá no lo fuera con la remuneración en función del rendimiento, pero esto es peliagudo, y los sindicatos profesionales se quejarían".

A pesar de todas las condiciones para ser empleados del proyecto TEP, el sueldo es suficiente para que a la mayoría del profesorado le tiemblen las piernas. El sueldo medio de un profesor de escuela de enseñanza media en Estados Unidos es de 42.116 dólares (unos 28.800 euros al cambio de hoy) anuales, mientras que los maestros de escuela elemental no ganan más de 40.412 dólares (unos 27.600), según PayScale, empresa norteamericana que proporciona datos sobre retribuciones salariales. Algunos ganan mucho menos. Como director del TEP, Vanderhoek ingresará 90.000 dólares (unos 61.500 euros) anuales.

En España, un maestro de Infantil y Primaria de enseñanza pública con tres años de antigüedad percibió, en 2008, y según datos de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras, 28.220 euros anuales, mientras que uno de Secundaria recibió 32.200 euros.

AÑOS DE SERVICIO. El principio que aplicará el TEP, pagar en función del rendimiento, choca frontalmente con el de la mayoría de las escuelas públicas de Estados Unidos, en las que, de acuerdo con un sistema de remuneración que ha cambiado poco desde 1905, el sueldo está vinculado con los años de servicio y es difícil prescindir de los educadores, cuyo rendimiento es deficiente.

Lola G. critica este mismo aspecto del sistema español: "Prima la antigüedad, en detrimento de la experiencia. El complemento periódico (sexenios) es un apaño impresentable que hace aguas por todos lados. Se debería pagar mejor el rendimiento, la entrega, la dedicación, pero para medir eso deberíamos tener un sistema transparente y unos directores que lo controlaran y ahí hay otro problema. El director, en estos momentos, es un compañero más y su figura no tiene ni la autoridad, ni el peso, ni la capacitación, ni por supuesto la retribución que exigiría esa carga", explica.

Nada más lejos del papel de Vanderhoek, cuya implicación en el proyecto es total. A medida que se corrió la voz de los sueldos que se iban a pagar, recibió más de 600 solicitudes. Entrevistó a un centenar de candidatos y luego recorrió Estados Unidos para observar cómo los 35 mejor clasificados daban clase en sus lugares de origen. De ellos eligió a sus ocho candidatos.

No andaba buscando un método de enseñanza en particular, sino profesores que cautivaran a sus estudiantes. Es el caso de la profesora de Ciencias, Judith LeFevre. Después de 30 años de enseñar en Arizona, su sueldo era de unos 40.000 dólares (unos 27.500 euros) al año. Madre soltera, en ocasiones ha tenido que pluriemplearse para llegar a fin de mes. A ella no le parece mal que la juzguen por lo que es capaz de hacer, aun a pesar de que, por primera vez en su carrera, eso signifique que pueden despedirla. "Creo que enseñar es un arte y perfeccionarlo es un proceso que se extiende durante toda tu trayectoria. Sin embargo, si los comentarios que recibes sobre tu trabajo no son de calidad, será difícil identificar las áreas en las que necesitas mejorar".
En el National Council on Teacher Quality (Consejo Nacional de Calidad del Profesorado) están impacientes por comprobar si el TEP tiene éxito. "Tenemos que resolver el modo de recompensar a los profesores que realmente tienen talento y el modo de prescindir de los incompetentes", comenta Kate Walsh, presidenta del organismo.
En los círculos educativos de Norteamérica y Europa, la calidad de la enseñanza y de quienes la imparten ha generado un gran debate. Hay investigaciones que indican que, a la hora de educar a un niño, el saber hacer de un profesor es mucho más importante que los recursos de una escuela. Los resultados de un estudio reciente de la Universidad de Bristol (Reino Unido) con 7.000 alumnos demostraban que seguir las clases de un buen profesor en lugar de las de uno mediocre contribuía a elevar en un 50% la nota media.

"El ambiente familiar de un niño es lo que tiene mayor influencia en su rendimiento, pero el factor que le sigue es la calidad del maestro", sostiene Walsh. "No obstante, no hay ninguna investigación que avale que un sueldo más elevado redunde en una mejora del aprendizaje", concluye.

Michelle Rhee, la responsable de Educación de Washington, está convencida de que aumentar los incentivos a los buenos educadores y facilitar el despido de los malos es clave para invertir el bajo rendimiento de las escuelas públicas. En julio pasado, Rhee propuso la adopción de una nueva fórmula de contratación en Washington. Los educadores estarían un año a prueba. Quienes lo superasen podrían llegar a ganar hasta 131.000 dólares (unos 90.000 euros).

Su propuesta ha convertido a esta antigua alumna de la organización Teach for America, de 39 años, en uno de los personajes más polémicos del sector educativo norteamericano. El presidente Barack Obama ha dicho de ella que es «estupenda», pero el Washington Teachers’ Union (Sindicato de Maestros de Washington) se ha negado a votar su sugerencia.

A Teresa Jiménez se la podría considerar la Michelle Rhee española, tanto por su carácter innovador, como por la polémica que han despertado algunas de sus medidas, consejera de Educación de la Junta de Andalucía, es la impulsora del Plan de Calidad y Mejora de los Rendimientos Escolares que suma, con la de 2009-2010, su tercera campaña. Dicho plan comparará la situación de los centros educativos a él adscritos –es voluntario–, al comenzar el proyecto y cuatro años más tarde. Sus docentes percibirán un incentivo económico que alcanzará los 7.000 euros en cuatro años, "una práctica habitual y aceptada, tanto en el sector público como en el privado, para implicar a profesionales en la consecución de objetivos, y que vean reconocido y retribuido su esfuerzo y dedicación", afirmaba la consejera durante la presentación del proyecto, en mayo de 2008. El plan no analiza sólo resultados académicos, sino también la convivencia o la satisfacción de las familias, y para conseguir un sistema de evaluación transparente como el que demanda Lola G., la Consejería de Educación ha delegado la función evaluadora a la Agencia Andaluza de Evolución Educativa.

FRACASO. Sin embargo, sólo un 22% de los centros se ha adscrito al plan con el que la Consejería de Educación busca combatir el fracaso escolar en Andalucía, y que se encuentra en su tercera convocatoria. Entre las organizaciones que se opusieron al Plan de Calidad está la Federación Andaluza de Sindicatos de Enseñanza de CGT. Rafael Fenoy, secretario de Jurídica de la confederación, alude a una oposición 'ideológica' al plan en todos los niveles. Considera que la Consejería descarga parte de la responsabilidad de los resultados escolares "en los hombros de los profesores", para explicar el rechazo.
El sistema escolar público de Nueva York, sin embargo, le ha concedido a Vanderhoek la oportunidad de poner a prueba la idea de Rhee. La financiación del gobierno local, que asciende a 12.443 dólares (alrededor de 8.513 euros) por estudiante, cubre los costes de funcionamiento de la escuela, mientras que el alquiler de los pabellones de las aulas proviene de donativos privados.
Para reducir costes, se ha prescindido de subdirectores, profesores sustitutos y personal auxiliar y de conserjería. Habrá 30 alumnos por clase, unos seis niños más que en el resto de escuelas de Nueva York. El centro admitirá un máximo de 120 niños cada año y durante cinco cursos. A lo largo de esos cinco años, los estudiantes tendrán que someterse a exámenes del Estado para garantizar que se alcanzan los objetivos educativos propuestos. En caso de que no sea así, a la escuela no se le renovará la financiación.

En cualquier caso, Frederick Hess, director de estudios de política educativa del gabinete de estudios American Enterprise Institute, espera que el TEP salga adelante y aporte razones de peso contra los sueldos basados en la veteranía. "Si a los responsables de los colegios les damos más flexibilidad para experimentar con lo que mejor les funciona a ellos, creo que surgirán soluciones sensatas". (El Mundo)

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