13-5-2010
«Cuanta más maldad, mayor atracción tienen los jóvenes»
El experto censura la imagen estigmatizada que los medios de comunicación venden de la juventud
Por un lado, se les criminaliza y, por el otro, se les utiliza «como cebo». Algo paradógico, en palabras del profesor de Sociología de la UPV, Enrique Gil Calvo, que ayer condenó en Vitoria la imagen que los medios de comunicación proyectan de la juventud. «Cuanta más maldad parece que destilan, más atracción despiertan».
- Los jóvenes aparecen en los medios de comunicación como personas frívolas, superficiales, consumistas, pero también violentas e insolidarias. ¿Por qué una imagen tan estigmatizada?
- Los medios buscan lograr atraer la atención y el interés del lector o del telespectador y lo hacen con aquellos problemas que plantea la realidad juvenil. Vender la imagen de que los jóvenes son todos muy buenos chicos y de que progresan adecuadamente, no sería noticia.
- Y supondría estigmatizar su imagen en sentido inverso.
- La juventud actual ha cambiado mucho respecto a las juventudes anteriores, pero en su gran mayoría exhibe un comportamiento de creciente normalidad. La juventud es el espejo en el que se refleja la sociedad que la ha generado. Por ello, cuando juzgamos a los jóvenes, juzgamos a nuestra propia sociedad. Ellos son como una especie de antena social, cuyos pecados se pueden aplicar al conjunto de la ciudadanía.
-¿Se han convertido los jóvenes en un producto más de los 'mass media'?
-Los medios utilizan a los jóvenes como cebo, tanto para bien, por su atractivo físico, como por su capacidad de generar riesgo, peligro. Y eso excita el interés de la gente por lo morboso.
-Y esa imagen negativa influye, a su vez, de manera también negativa en otros jóvenes. ¿Es la pescadilla que se muerde la cola?
-Sí, es algo paradógico y contradictorio. Cuanta más maldad parece que destilan los jóvenes, más atracción despiertan, de forma que lo único que se consigue vendiendo esa imagen es llamar la atención a través de la repulsión.
-Tratados de forma más o menos sensacionalista, lo cierto es que casos como el de Marta del Castillo no dejan de ser reales.
-España está muy por debajo de los índices europeos de violencia juvenil. Por eso no tenemos derecho a creer que esto se nos descontrola. Y, pese a ello, nuestras cárceles están mucho más llenas de jóvenes que las del resto de Europa.
-¿Supone eso un rechazo velado a la reforma de la Ley del Menor?
-No conviene modificar leyes que sirven para recortar los derechos de las personas, en este caso de los menores, de una manera frívola, aleatoria e irresponsable en función de los vientos mediáticos. Si por azar resulta que un niño se equivoca o mata a alguien, eso monta una escandalera mediática y hay que cambiar las leyes. No, las leyes tienen que ser estables.
-¿Que un menor mate a otra persona puede considerarse como una simple equivocación?
-Generalmente es un error cuando no tenía intención de hacerlo. Habría que demostrar si estaba premeditado. Y aunque no fuese un error, no se puede generalizar alegremente para modificar las leyes sin un proceso de debate. (El Correo)
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