10-4-2010
Allan Goodman: "Si quieren subir en los rankings, gasten más dinero"
Presidente Institute of International Education (IIE), Goodman no se cansa de destacar las ventajas de formarse en el extranjero
Desde su mirada humanista, tiene claro que entre las obligaciones de los que se dedican a la enseñanza está la de explicar qué pasa en el mundo. A Allan Goodman, presidente de la institución estadounidense encargada de fomentar el flujo de estudiantes internacionales, le une un vínculo especial con España: es uno de los países donde han estudiado sus hijos y al que se acercó aún más cuando fue profesor del príncipe Felipe en Georgetown. Goodman, que visitó hace unos días Madrid para presentar la institución análoga al Institute of International Education (IIE) en España, la fundación Universidad.es, no se cansa de destacar las ventajas de formarse en el extranjero.
¿Ha cambiado el perfil de los estudiantes extranjeros en Estados Unidos en los últimos años?
Unos 700.000 estudiantes extranjeros se forman en las universidades estadounidenses. Hace diez años sobre todo procedían de Europa, pero últimamente vienen de China e India. Junto a otros países asiáticos como Corea, Singapur y Vietnam suponen ya cerca del 60%.
¿Los alumnos asiáticos son diferentes de los europeos?
Siguiendo la tradición de sus países, están más interesados en estudiar ciencias o ingenierías, mientras los europeos se han centrado más en la administración de empresas y las humanidades.
¿Cuántos españoles estudian actualmente en Estados Unidos?
Alrededor de 4.000 –en concreto, el curso 2008-09 se matricularon 3.849 universitarios–. En cuanto a los programas de intercambio como las becas Fullbright, en el 2007-08 se beneficiaron de ellas 25.212 españoles. En total, 164.000 alumnos en una década. Y de los más de 262.000 estadounidenses que se forman fuera, 25.200 escogieron España, lo que le convierte en el tercer destino favorito, sólo superado por el Reino Unido (33.300) e Italia (30.600).
¿Qué atrae a los estadounidenses de España?
Vienen empujados por su interés por la historia y la cultura. Pero España también tiene una economía muy dinámica que ha crecido mucho en la última década. Además, quieren aprender español.
¿Y del resto de Europa?
Es el principal destino para los norteamericanos que se inclinan por la historia, la ciencia y, desde hace algún tiempo, también por el modelo de mercado único de la Unión Europea. Aunque siguen siendo mayoría, aumentan los estadounidenses que han descubierto las oportunidades de países como China o Egipto, sobre todo para aprender sus lenguas.
¿Qué se puede hacer para que más europeos quieran ir a estudiar a EE.UU.?
Estudiantes de todo el mundo completan su formación universitaria en Estados Unidos y probablemente parte de los que ahora hacen el Erasmus iría a Estados Unidos. Desde hace tiempo, para los europeos es más fácil quedarse en el continente a estudiar y después ir a Norteamérica, pero de visita. Realmente no competimos con el programa Erasmus; lo importante es formarse también fuera del país, y una parte significativa de europeos continúa optando por cruzar el Atlántico. En todo caso, las becas Fullbright aseguran que haya una interconexión, un intercambio entre España y Estados Unidos.
¿Qué le parece el proceso de Bolonia que viven las universidades europeas?
Si quieres entender el mundo o en concreto los negocios, la ciencia, hay que estudiar y abordarlos desde lugares diferentes. Por eso, cualquier programa que incentive o facilite que los estudiantes puedan viajar y llevar sus créditos de un centro universitario a otro, me parece muy positivo.
En España hay una larga polémica sobre los rankings internacionales de universidades. ¿Qué se puede hacer para mejorar en esas clasificaciones?
Muchas buenas universidades del mundo no están presentes ni entre los cien ni doscientos primeros. Partiendo de que como educador el objetivo principal es que el mayor número posible de personas alcance la educación superior, no creo que haya que preocuparse si en EE.UU. o en España hay más o menos universidades en los rankings mundiales. En todo caso, la solución para que el máximo de personas vayan a la universidad y estar en un puesto relativamente alto de esta listas es la misma: gastar más dinero.
Eso no les gustará a las autoridades.
Para subir puestos, hay que gastar en investigación, en becas, en captar a los más inteligentes. Existe una correlación entre lo que se gasta y el puesto que ocupas.
¿Qué papel tiene la educación en la superación de la crisis económica?
La universidad tiene la responsabilidad de formar para encontrar trabajo, pero también de ayudar a entender el mundo en el que vivimos. Sobre todo, en las áreas de economía y negocios hay que mostrar qué falló y dónde nos ha llevado la codicia. Espero que la próxima generación de estudiantes no sólo piense en el dinero y se les explique las consecuencias éticas de lo ocurrido, porque esta recesión tiene mucho que ver con que la gente hacía lo que hacían los demás. (La Vanguardia)
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